Unos días atrás se cumplieron dos años de la muerte de José Maria Nunes. Más allá de sus amigos, de los fieles seguidores de su obra, no hubo grandes recordatorios, los medios especializados, las publicaciones culturales, mantuvieron la coherencia respecto a la atención que habían prestado al cineasta en vida: ninguna. O muy poca si la comparamos con los agasajos continuos que dedicaron a otros directores de cine de la generación de Nunes. Ese es el mayor problema con el que se encontró “el cineasta intrépido”: tuvo la mala suerte de que los nunesófilos nunca hemos tenido capacidad operativa en los engranajes del poder cultural. Claro que contaba —y cuenta— con un nutrido grupo de personas que reivindica(ba)n su cine, pero nuestro fracaso es mayúsculo cuando todavía no hemos conseguido que nuestra exaltación del personaje y de su obra se haya concretado en la divulgación de sus películas (en la edición en DVD de algunas de ellas, por ejemplo) y en su permanente estudio....
Dans la sensation. / On prend ce qui vient./ Dans le sentiment./ On intervient. (Antonin Artaud)